Entrevista a Irene García al Diario Alto Aragón

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Entrevista a Irene García al Diario Alto Aragón
J. NAYA
DIARIO ALTO ARAGÓN

En febrero del año pasado puso en marcha Ediciones de Salinas, en Sobrarbe, y arrancó con un libro de relatos de Antonio Vila Bielsa, «Fue la vida (la que nos cambió)»

HUESCA.- En febrero pasado celebró su primer aniversario Ediciones de Salinas, creada por Irene García Carbonell (Barcelona, 1968). Tiene su sede en la calle Carretera, sin número, de la localidad sobrarbense de Salinas, «en el lado belsetán, que este pequeño pueblo está partido en dos: la margen derecha del Cinca pertenece a Tella-Sin y la margen izquierda, a Bielsa«, explica la editora, que añade que en la zona «hay quien se refiere a mí como «la escritora», apelativo que agradezco de corazón pero que me da hasta vergüenza». Y es que antes de montar la editorial, «me publicaron una novela. Escribo desde hace años, y tengo una obra publicada (Y nunca más me haré a la mar. Ed. Sonámbulos, Granada, 2017) que he reeditado recientemente con Ediciones de Salinas (octubre, 2019) pero de ahí a ser escritora… Es un oficio que me inspira respeto y hasta veneración, y no me creo merecedora de ese apelativo. Todavía». A finales de junio, Irene vivió una especial jornada de celebración en Aínsa, donde varios de sus autores firmaron libros. De Barcelona llegaron los integrantes del Grupo Bojador (seis escritores que colaboran habitualmente en la escritura de libros de relatos), autores de la novedad Seis pecados capitales, y estuvieron también Marimén Ayuso, autora de la novela Los vértices de Dios, también de reciente aparición, y los autores locales Antonio Vila Bielsa y Lourdes Aso Torralba, también publicados por Ediciones de Salinas.

¿Qué le hizo dedicarse al mundo de la edición?

Fue el placer de la escritura lo que me llevó a buscar trabajo en una editorial cuando, de hecho, no tenía ni idea de cómo se hacía un libro. Algo así como las aspirantes a actriz que se mudan a Los Ángeles aunque sea a servir mesas. Ya era mayorcita, y por razón de mi formación técnica y empresarial, procedía de un mundo radicalmente diferente: el de la ingeniería y el desarrollo de sistemas de información. Estuve poco tiempo en ese mundo porque la vida me llevó para aquí y para allá, siguiendo la carrera de mi marido y criando dos hijos por el camino. Durante años, mi vida fue una mudanza continua. Cuando pude asentarme (y dejar los chicos en el cole), fue cuando di el golpe de timón. No iba a volver a la consultoría. Estaba, además, obsoleta.

En la vida pasan cosas raras, y una de las que me pasó a mí es que me reclutó la editorial Gustavo Gili, de Barcelona. Vamos, que para no tener ni idea de cómo se hace un libro, fui a parar a la mejor escuela que pueda haber. Una editorial con la historia y el oficio de la Gili. Un golpe de suerte que no desaproveché. Disfruté muchísimo y me enseñaron casi todo lo que sé. Hasta que llegó la crisis de 2008. En 2012 la editorial tuvo que suspender el catálogo de publicaciones en lengua inglesa que yo comercializaba, y deslocalizaron a su sede en Brasil el otro del que también me ocupaba: el catálogo en lengua portuguesa. Total, que a buscar de nuevo empleo, y aunque encontré algo rápido en otra editorial, no fue lo mismo (excepto por el equipo. Personas de un nivel humano increíble. En eso he tenido mucha suerte).

Llegados a este punto, en casa nos habíamos planteado mudarnos a un lugar maravilloso que habíamos conocido de vacaciones: el Sobrarbe oscense. Las circunstancias personales lo permitían (yo tenía que empezar de nuevo, mi marido se jubilaba y el menor de los hijos se iba a la universidad), y yo iba a poder escribir, escribir y escribir.

Ese era el plan, pero se torció un poco por el camino porque cuando tuve que plantearme qué hacer profesionalmente (a mí me quedan unos años antes de jubilarme), y contemplé las posibilidades de la zona, ni turismo ni ganadería me atraían. Seguía «enamorada» de los libros y cualquier otra opción, se me hacía cuesta arriba.

Al cabo de un año me dije que si de lo que yo sabía era de libros, ¡pues libros! Y así surgió Ediciones de Salinas, puesta en marcha en febrero de 2019, e ingente cantidad de trabajo ha hecho que del sueño de escribir, haya pasado a dedicarme mucho más a sacar adelante los sueños de otros, ellos sí, escritores.

¿Qué evolución ha tenido hasta este momento?

Ediciones de Salinas arranca su andadura con un libro de relatos de Antonio Vila Bielsa. Antonio es un autor de la zona, con dos libros más de relatos en su haber y una novela (Mientras brille una estrella). Cuando me mandó su obra, me encontré con puro Sobrarbe. Narrado con un amor a estos valles conmovedor y me dije que era un buen libro con el que empezar. Nos pusimos de acuerdo y en julio de 2019 salía la primera publicación de Ediciones de Salinas: Fue la vida (la que nos cambió).

En otoño reedité mi novela Y nunca más me haré a la mar y en Navidad, conté con un texto maravilloso para niños de Lourdes Aso Torralba, jacetana, titulado Berto, el pensamiento y el resto… con el que inicié la colección Compañeros de lecturas. El Berto, como lo conocemos en la editorial, contó con la inestimable aportación de la ilustradora Carolina Ferrer, turolense, de quien Lourdes Aso llegó a afirmar que le había leído el pensamiento. Había captado magníficamente a los protagonistas de la historia (Berto y su perro Sultán) y lo había plasmado en un trazo dulce y amable, pero nada ñoño. Muy
aragonés, por cierto (vean las ilustraciones y lo entenderán).

Con el Berto se cerró 2019 y se empezó a preparar 2020. En marzo tendrían que haber salido Los vértices de Dios, de Marimén Ayuso, y Seis pecados capitales, del Grupo Bojador, un grupo de escritores de Barcelona y su área, entre los que se encuentra a la misma Marimén Ayuso y a Miguel Ángel Martín Herranz, ganador del Premio de Novela Círculo de Lectores 2018. Un grupo muy compenetrado con una trilogía de relatos a sus espaldas.

¿Qué criterios priman a la hora de elegir una obra: que el autor sea conocido, la calidad de la obra, la temática de la
misma, que sea novela, ensayo, poesía, literatura infantil o juvenil…?

Que el autor sea conocido, es difícil en los comienzos (imposible, de hecho), lo que sí exijo es que tenga algo que decir, y eso implica calidad. Tener algo que decir va directamente ligado a la sensibilidad humana, a la observación, a la reflexión. También a la aspiración de la perfección, ¡aunque esa aspiración sea un camino inacabable! Me gusta quien duda y sabe que en realidad, no sabe nada, y por ello, no ceja en hacerse preguntas y buscar respuestas.

Luego, que el autor me caiga bien. Esto es fundamental. No me gusta trabajar con gente desagradable, y como ahora mando yo… Bueno, y mejor si le caigo bien al autor también.

Sobre la temática, diré que los cinco títulos que se han publicado son diversos en temática, pero sí tienen un leit motiv: escriben sobre el alma, la naturaleza humana. Eso me interesa mucho más que la novela eminentemente histórica, de aventuras o negra, y digo «eminentemente» porque lo más probable es que un narrador, para contar algo, recurra un poco a todos esos géneros, a esas «clasificaciones principales», para plasmar su historia. Pero para Ediciones de Salinas, la narración debe contener, eminentemente, un arco de transformación personal en su o sus protagonistas. Eso es lo que más me interesa y en lo que, de hecho, me centro, ya sea para adultos o infantil.

¡No publico poesía y lo lamento! Quizás cuando las finanzas lo permitan…

¿Qué proyectos tiene en cartera?

De momento, arrancar y afianzar el proyecto. No pienso a más largo plazo que me agobio. Me he impuesto un ritmo de publicación de cuatro, cinco libros al año. Quizás seis. Sigo el proceso de principio a fin. Acompaño al autor, al que implico hasta en el diseño del libro. Quiero que se sienta cómodo en el traje que va a lucir el producto de su mente. Lógico, va a tener que defenderlo: en entrevistas, en presentaciones… En cuanto a obras y autores, tengo ya cerrada la programación editorial hasta verano 2021. ¡Viene más novela de la buena! Con autores aragoneses y catalanes, de momento.

¿Ha rechazado muchos trabajos en este primer año?

Sí, he tenido que pasar por el desagradable trance de rechazar obras. Algunas por malas y otras porque no se ajustan a la línea que quiero marcarle a la editorial. Las segundas son las que más duele decir que no. No olvidemos que también escribo, también he mandado obra a editoriales en el pasado y también sé lo que es que te rechacen el manuscrito. Las malas, simplemente doy las gracias y digo que no, sin más. Lo que no hago nunca es no contestar. El silencio me mataba cuando yo mandaba obra. Mientras pueda evitarlo, no lo haré (si sucediera que no tengo tiempo, pediré a alguien que lo haga en mi nombre).

¿Cómo ha afectado la crisis del coronavirus a la editorial?

De lleno. Las novedades de marzo han salido ahora en junio, y muy tímidamente. Volver a las librerías… quizás todavía hay psicosis. Luego, que el mercado se ha inundado de lectura gratis durante el confinamiento. Puedo entender los motivos de los grandes para hacerlo, poniendo a disposición del lector sus fondos en PDF: publicidad, buen nombre, ¿fomento de la lectura… pero a los pequeños o a los que estamos intentando sacar la cabeza, nos han hecho daño.

¿Trabaja el libro electrónico o centra su labor en el de papel?

Todavía no han salido en electrónico, pero está previsto que así sea. Es inevitable. Es otro mercado, el del lector electrónico, al que hay que atender, por supuesto. Lo que sí hago es diferir la salida. Primero papel, pero seguramente eso sea así porque soy una anticuada y una romántica y me gustan los libros de papel, así que me invento excusas para diferirlo, como que si sale el electrónico demasiado pronto no venderemos el papel. Bah, es falso, creo, pero no me lo digo no vaya a ser que me quede sin excusa.

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