Los vértices de Dios
Autor: Marimén Ayuso
Ediciones de Salinas, marzo 2020
Colección Nuevas Voces de Narrativa Española (NVNE).
318 pp
21 x 15 ctms
Rústica con solapas
ISBN 978-84-09-18478-1
Sinopsis
La vida a veces te brinda la oportunidad de conocer buenas personas. Esta frase podría resumir la segunda novela de Marimén Ayuso, Los vértices de Dios. Una novela que trata de personas que tienen mucho en común, aunque a primera vista no lo parezca. Los personajes de la novela de Marimén están vivos y quieren vivir su vida con toda intensidad, aunque esa vida no sea la mejor del mundo. Personajes que comparten temores, experiencias, emociones. Todos los personajes de estos vértices tienen que enfrentarse como pueden a las adversidades su existencia.
El lector acompañará a los personajes por diferentes mundos, el mundo de la prostitución, el mundo católico, el mundo de la inmigración, y todo lo que estos mundos tienen en su interior. Dentro de esta novela el lector descubrirá la injusticia que rodea a los tres personajes principales, asoma también en algunos secundarios. Descubrirá igualmente el desamor, el sufrimiento, la vida, la muerte.
Por las páginas de Marimén fluye un verdadero viaje, un trasiego de España a África y viceversa que aspira a encontrar el júbilo y la prosperidad; una lección de vida. Porque por esas páginas ningún personaje es juzgado, no hay vencedores, si acaso sólo vencidos que pasan por la gran ciudad en el más absoluto anonimato.
En estos vértices de Dios el tema de la prostitución es tratado desde el punto de vista de la mujer, con una mirada redentora cuando la fatalidad del destino te condena sin ninguna posibilidad de cambiar.
Es una historia ambientada en la Barcelona actual, en la que conviven una monja, una prostituta de lujo y un inmigrante. Una novela de actualidad y romántica, donde el amor y el desamor se cruza por todas sus líneas, una realidad en la que viven los personajes cada uno dentro de su marginalidad.
La autora nos invita a vivir una creencia y a un viaje de ida y vuelta o no, desde el primer mundo (la gran urbe) y el tercer mundo (el continente africano).